Desde que me gradué en el año 1995 en la Universidad de Ciencias Medicas de La Habana, Cuba, me he dedicado a la salud preventiva. Para el año 2000 había terminado mi primera especialidad en Medicina Integral Familiar. Recuerdo cuando nos mudamos al pueblito de La Sierra, yo apenas tenía 25 años, una esposa joven y una niña recién nacida, donde hice mi postgraduado. En ese entonces era una población de unos 3,000 habitantes. Me tuve que enfrentar a muchos desafíos, era el médico, el enfermero, el educador, lo era todo para estas personas. Una cosa entendí desde siempre: "El principal impulsor de las enfermedades crónicas es la interacción entre genes, actividades de la vida diaria (estilo de vida) y el medio ambiente" (Jones, Hofmann & Quinn, 2009).
Actualmente vivimos en la ciudad de Katy, Texas donde además tenemos nuestra propia practica un nuevo desafío, un nuevo enfoque, diversas culturas, diferente idioma, pero con los mismos y más graves problemas de salud de la población que me encontré cuando me gradué hace mas de 20 años. En la búsqueda de encontrar una manera de ayudar descubrí a través de una amiga el Instituto de Medicina Funcional y fue precisamente este instituto quien me motivo y me dio la oportunidad de entender claramente que es la medicina curativa, y la medicina funcional.
¿Qué es la medicina funcional?
La medicina funcional va más allá del signo y el síntoma, es el cómo y el por qué ocurre la enfermedad, y restaurar la salud al abordar las causas fundamentales de la enfermedad para cada individuo. Es un enfoque de la atención médica que conceptualiza la salud y la enfermedad como parte de un continuo en el que todos los componentes del sistema biológico humano interactúan dinámicamente con el medio ambiente, produciendo patrones y efectos que cambian con el tiempo. La medicina funcional ayuda a los médicos a identificar y mejorar las disfunciones en la fisiología y la bioquímica del cuerpo humano como método principal para mejorar la salud del paciente (Jones & Quinn, 2017).
Las enfermedades crónicas casi siempre están precedidas por un período de disminución de la función en uno o más de los sistemas del cuerpo. La medicina funcional a menudo se describe como la aplicación clínica de la biología de sistemas. Restaurar la salud requiere revertir (o mejorar sustancialmente) las disfunciones específicas que han contribuido al estado de la enfermedad. Cada paciente representa un conjunto único, complejo y entretejido de influencias ambientales y de estilo de vida sobre la funcionalidad intrínseca (sus vulnerabilidades genéticas) que han establecido el escenario para el desarrollo de enfermedades o el mantenimiento de la salud (Jones & Quinn, 2017).
La medicina funcional aborda procesos fisiológicos centrales que cruzan límites anatómicos que incluyen: asimilación de nutrientes, defensa y reparación celular, integridad estructural, comunicación celular y mecanismos de transporte, producción de energía y biotransformación.
La práctica de la medicina funcional involucra cuatro componentes esenciales: (1) obtener la historia completa del paciente; (2) identificar y abordar los desafíos de los factores de estilo de vida modificables y las exposiciones ambientales del paciente; (3) organizar los desequilibrios clínicos del paciente por causas subyacentes de la enfermedad; y (4) establecer una asociación de mutuo poder entre el profesional y el paciente (Jones & Quinn S. 2017).
Hace poco, mi amiga que sufre de un problema cardiovascular, cansada de ir de Doctor en Doctor, me comentaba que después de buscar y buscar una clínica de medicina funcional en español en el área donde vivimos, no la encontró. Hoy la llame y le dije: ¡Por fin Medicina Funcional en Español!
Es mi mayor deseo continuar capacitándome para este modelo integral de salud para proporcionar un enfoque más efectivo para prevenir, tratar y revertir las enfermedades crónicas.
Referencias
Jones DS, Hofmann L, Quinn S. (2009). 21st century medicine: a new model for medical education and practice. Gig Harbor, WA: The Institute for Functional Medicine.
Jones DS, Quinn S. (2017). Reversing the Chronic Disease trend: Six Steps to better Wellness. Gig Harbor, WA: The Institute for Functional Medicine.